Un enfoque psicológico del problema de la obesidad
La BANDA GASTRICA VIRTUAL® es un tratamiento psicológico de la obesidad que hace uso de todos los recursos de la HIPNOSIS y de la REPROGRAMACION SUBLIMINAL, operando precisamente sobre el otro extremo del problema, sobre el deseo. Y no solo disminuye el deseo de comer sino que se implantan en el inconsciente nuevas pautas de conducta frente a la comida.
Logra un viejo sueño de los que sufrimos el sobrepeso: Bajar de peso a partir de la disminución del deseo y de un cambio en las conductas. Puede ser acompañando una dieta o simplemente cuidándose en la elección de las comidas. Y no tiene rebote. Además se logra la desidentificación del obeso con su tejido adiposo, de manera tal que nunca procure su recuperación tal como dijimos que marca la naturaleza. Como utiliza grabaciones de INDUCCIÓN AL SUEÑO, también mejora o cura las alteraciones del descanso, logrando que muchos pacientes abandonen toda medicación con tal fin y disminuye, a partir de un buen descanso, la ansiedad que en los obesos se traduce como HAMBRE. No está enfrentado con otros tratamientos ni con los recursos quirúrgicos: al contrario. Facilita su éxito. Y en los casos en que la obesidad sea consecuencia de razones psicológicas, es fácilmente integrable a un tratamiento psicológico que dilucide y solucione las causas de la misma. En resumen: Se trata de un enfoque psicológico del problema, con la utilización de los recursos de la hipnosis y la reprogramación subliminal tendiente a obtener la baja del peso, no a partir de la prohibición externa, sino de la disminución del deseo, lo que evita el ciclo de recuperación de peso común a todos los otros tratamientos.

CADA OBESO: UN DRAMA PARTICULAR
Debo aclarar que hablo en primera persona porque he sido gordo desde niño, hijo de hiperobesos, criado en un hogar donde siempre se hacía dieta (sin bajar por eso de peso) y he vivido toda mi vida en una constante lucha contra los kilos. He ganado muchos rounds pero siempre perdí la pelea. Fui el primer paciente de este método. Comencé a aplicarlo en mí el 7 de Enero del 2006. Para fin de Junio ya había bajado 15 kgs. Pero eso no es ninguna hazaña. Lo importante es que desde esa fecha, sin hacer nada especial, salvo elegir qué como, me he mantenido alrededor de ese peso.
Coloco mis fotos no solamente porque son las únicas que estoy autorizado a difundir, sino porque a los gordos no nos gustan los consejos de los que nunca han sufrido este problema: siempre tenemos la sospecha de que nos lo hacen desde un lugar de presunta superioridad y desde una sustancial incomprensión.

Esas personas comen cualquier cantidad, utilizan lo que su organismo necesita y el resto lo desechan sin consecuencias. Nosotros tenemos organismos ahorrativos: el excedente no utilizado de calorías ingeridas lo “ahorramos” almacenándolo en forma de tejido adiposo. Incluso hay algunos entre nosotros que pertenecían al bando de los flacos hasta que pasó algo: Un parto, la menopausia, una rotura de meniscos, etc., y a partir de ese día todo cambió.
Nosotros, si colocamos en una balanza de dos platillos, en uno las calorías que ingerimos y en otro las que gastamos en la actividad diaria, tenemos que la única manera de bajar de peso es que las calorías ingeridas sean menos que las consumidas. Esto es una verdadera ley inmodificable para nosotros y no debemos olvidarlo nunca.
SI INGERIMOS MAS CALORÍAS DE LAS QUE GASTAMOS EN MOVIMIENTO: ENGORDAMOS
Las Dietas

Razones Naturales
Este mecanismo está presente en el género humano y es la explicación a ese fenómeno repetido de que, cuanto más enérgica ha sido una dieta, al dejarla, nos basta con “respirar hondo” y ya engordamos. Además, con cada dieta, nuestro cuerpo aprende cómo defenderse, o sea, como resistir la “hambruna” y como recuperarse (reengordar) más rápidamente.
Razones Psicológicas
Y continuamos acumulando presión, hasta que un día algo sucede: la balanza no responde, o nos peleamos con alguien o alcanzamos un determinado kilaje o se enferma un ser querido, o… (Complete usted con lo que desee) y llegamos a un punto de quiebre que yo bauticé como el punto del “Ma’ sí”, porque decimos: “Ma’ sí, me cansé. Ahora como y el lunes arranco de vuelta”. Y luego decimos “El día ya está perdido” y entonces, todo vale. Comemos cuanta cosa encontremos, en cualquier orden y en cualquier cantidad. Y el alud se precipita, y la bola de nieve no hace sino aumentar y si el lunes recomenzamos el martes volvemos a suspender y… Otra dieta más para nuestra historia. Y si bajamos cinco kilos en un mes y medio engordaremos siete en apenas dos semanas.
Podríamos comparar comer con comprar con una tarjeta de crédito. Porque en ambos casos hay una distancia entre el momento del placer (comprar, comer) con el del displacer: pagar el resumen, subirse a la balanza. Supongamos que usted ha decidido cuidarse estrictamente en los gastos porque está sobregirado, pero que se tentó y en un shopping se acaba de comprar un costoso par de zapatos. ¿Cuál es su reacción natural? Seguramente comenzará a devanarse los sesos para ver en qué puede ahorrar como una forma de compensar y minimizar las consecuencias de su exceso. Seguramente no se le ocurriría decir: “Ma’ sí: la semana ya está perdida” y a continuación comprarse cinturones, carteras, etc.
Y de esa manera obramos los obesos. ¿Estamos locos? No. La razón es que nos comportamos como los presos a cadena perpetua. Si un condenado a cadena perpetua logra escaparse y sabe que inevitablemente lo van a detener en pocos días ¿Porqué se privaría de hacer nada malo? ¿Por qué dejaría de robar, tomar, violar? Si igualmente lo van a detener y devolver a la cárcel y su condena no puede ser mayor.
La Cirugía
A partir de ese momento el estómago comienza a funcionar como un reloj de arena: Se llena la parte superior con muy poca comida y se torna imposible incorporar más. Solo cuando esta comida es digerida puede atravesar el ajustado camino que permite la banda gástrica.
Aún así, hay un porcentaje de pacientes que no adelgazan y aún que engordan. ¿Por qué? Porque desaparece el lugar adonde “poner” la comida pero continúa intacto el apetito. Porque, contrariamente a lo que la gente supone, el “hambre” no está en el estómago sino en nuestra cabeza. Y entonces comienzan a comer helados, cremas, etc., llegando en algunas oportunidades a licuar la pizza para digerirla velozmente y poder continuar ingiriéndola.
Por esa razón es que auné mis conocimientos de PSICOLOGÍA, de HIPNOSIS y de REPROGRAMACIÓN SUBLIMINAL a mi larga experiencia como OBESO para diseñar un tratamiento psicológico que atacara la obesidad no solamente como uno más de los muchos tratamientos para bajar de peso, sino como el mecanismo conducente a no volver a engordar luego, debido a la incorporación al inconsciente de nuevas pautas de conducta frente a la comida. El resultado es la BANDA GÁSTRICA VIRTUAL ®, un recurso terapéutico que se puede sumar a cualquier tratamiento exitoso para bajar de peso a fin de lograr que el paciente no vuelva a engordar al terminarlo .

LA BANDA GÁSTRICA VIRTUAL®
En una sesión que puede ser grupal o individual, los pacientes incorporan tanto consciente como inconscientemente nuestra filosofía y las consignas que se van a convertir en conductas automáticas frente a la comida, facilitándoles la pérdida de peso. Además se les entregan dos grabaciones que deberán escuchar al menos una vez al día. Una de las mismas es de inducción al sueño y deberá escucharla cada noche al irse a dormir.
O sea que no hacemos más gruesos los barrotes de la celda: logramos que la modificación de las conductas frente a la comida sea una decisión autónoma, evitando así esa presión acumulativa que conduce inevitablemente a las recaídas.
La consecuencia esperable es una disminución drástica del apetito a menos del 50%. Por supuesto que esto no garantiza, de por sí, la baja de peso a menos que sea acompañada de correctas elecciones. Y así se puede lograr el viejo sueño de los gordos: bajar de peso sin seguir una dieta estricta: “cuidándose”.

No competimos con nadie
También aquellos que han sido sometidos a alguna cirugía pueden encontrar en este tratamiento el recurso que les permita no sufrir más por la disminución de comida.
Pero eso, a veces, no alcanza...
En tales casos este tratamiento no es suficiente. Inclusive a veces, sirve como un test para desnudar que el paciente, de verdad, quiere, necesita estar gordo. En tales casos será imprescindible ahondar en su historia y eso no se logrará, por supuesto con este tratamiento, sino con el auxilio de la psicología y un profesional avezado. Si el paciente decide utilizar la hipnosis regresiva, el problema puede llegar a solucionarse en muy pocas sesiones.